Aquí nadie ha hecho los deberes.
Con esta frase contundente,
Eduard Voltas, Secretario de Cultura de la Generalitat de Catalunya, finalizaba la jornada que
edi.cat organizó la semana pasada para analizar la situación de la edición independiente en Catalunya y los retos que deben asumirse para el cambio de paradigma que representan los formatos digitales y las nuevas tecnologías.
La frasecita de marras iba dirigida a todo el sector, en especial a la Administración Pública, a los distribuidores, a los libreros y, sobre todo, a los editores, quienes, una vez más, demostraron desorientación y pérdida de facultades empresariales.
En próximos
posts se analizarán algunas de las ideas vertidas en esta jornada. Pero hay un punto realmente duro que asumir con el que me gustaría iniciar esta tanda de artículos.
El mundo editorial ha dado la espalda a la nueva tecnología, a los avances que se establecen gracias a internet y a la digitalización en el proceso de producción. Es cierto que en algunos aspectos (edición de textos, diseño, maquetación), obligados por el ritmo de trabajo, han tenido que sucumbir a la innovación. Pero algo tan sumamente importante como es la presencia en la Red, se ha dejado totalmente al margen. No hay más que visitar las páginas web de estas empresas editoriales (de casi todas, desde las de los grandes grupos a las más modestas) para darse cuenta: diseños desfasados, información poco práctica, actualizaciones mínimas (algunas webs están totalmente abandonadas desde hace años), salas de prensa inservibles, servicios de venta
online no operativos, poca interacción con los clientes...
Resulta contradictorio que estas empresas que no se han tomado la molestia de participar del fenómeno mediático e informativo más importante de los últimos tiempos, en constante evolución (y no será por el coste, que es mínimo), pretendan embarcarse en el mercado del libro electrónico, cuya vida comercial, por cierto, depende de su presencia en internet a través de tiendas
online y de las webs de esas editoriales.
¿Cómo van a subirse al carro del
ebook sin dar el paso previo, que es habilitar el vehículo, la plataforma, para darlo a conocer y venderlo? Ahora vienen las prisas, malas consejeras, que provocarán el desastre por no preveer algo tan básico y lógico.
Tal y como se dijo en esta jornada (y hablaremos de ello), se hace imprescindible la figura del profesional de marketing
online que, debido a la cantidad de trabajo que representa su función, debe ser independiente del responsable de marketing y de promoción. Quizás es la hora de que, quienes apostamos por estas nuevas vías, ocupemos nuestro lugar antes de que muchos deban apearse del tren.
De los soportes, del corporativismo, de la promoción, de los criterios de publicación y de otros aspectos, hablaremos en próximos
posts.
José A. Muñoz